Hikikomori
- zaze000
- 29 sept 2022
- 1 Min. de lectura
Sentado con mis demonios,
fluyendo por mis venas,
litros de estramonio,
sobre la luz de la Luna llena,
se reflejan mis retinas,
inyectadas en la muerte
y su sodio,
un golpe,
dos golpes,
sobre mi corazón,
para liberarlo del odio,
escupiendo sangre
sobre un charco de mi mente,
ensuciando
mi sala de interrogatorios,
camino dos pasos
y me vuelvo a derrumbar,
la mirada puesta en el bisturí,
que deseo con mis venas surcar,
demasiados años en mi neura
y su vendaval,
atravieso el fuego del infierno
y por su brazos
me dejo calentar,
estaba descalzo y hambriento
cuando llegué a esta ciudad,
a sus ascuas nació este glacial,
viento sur o viento norte,
buscaba navegar,
más perdido en el océano,
se ha de hallar,
la brújula rota,
por los latidos
de su ansiedad,
lanza el ancla en cada puerto,
para poder llorar,
huyendo de si mismo,
en este eterno fraguar,
despierto en mi accidente,
comienzo a naufragar,
llantos,
que se convirtieron,
en uñas y dientes,
de un Jaguar
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